EMPRENDEDORES Y PYMES Una fábrica que se aggiornó Fecha Publicación: 27/05/2019 11:31 De la familia Minca son emprendedores, creativos y preocupados por la inclusión social y la igualdad de género Pero además no faltan los que los identifican como los Willy Wonka de Santos Lugares. Como el famoso chocolatero interpretado por Johnny Depp en la película de Tim Burton, Antonella, Alan y Claudio Minca tienen una fábrica de golosinas. Se especializan en las gomitas de múltiples sabores, colores y formas, y siguiendo el legado del abuelo, son apasionados por sus productos. Aunque a Truppi la nombraron así en 2007, el proyecto comenzó en 1971. “Todo nació acá en Tres de Febrero: mi abuelo vivía a unas dos cuadras de la fábrica actual con mi papá y mi tío, antes había vivido en Devoto. Mi mamá también vivía a pocas cuadras y todo este proceso se gestó en el barrio. Cuando mi abuelo comenzó no tenía idea del mundo golosinero, sin embargo acá estamos ”, cuenta entre risas Antonella. El simpático nombre nació con un afán de hacer una gran innovación en los productos y en medio de la aparición de las redes sociales, para comenzar a vender exclusivamente por Internet. Lo que destaca a los Minca es la manera de comunicar lo que ofrecen y la "ética que se respeta a rajatabla", explica Antonella. Son una empresa vegana, libre de gluten (para celíacos) y que difunde sus productos con lenguaje inclusivo. "La realidad es que es más cómodo para nosotros comunicarnos así. Somos todas mujeres las que manejamos las redes de Truppi, y somos ademas inclusivos desde lo alimenticio. ¿Por qué no respetar también los términos de igualdad a la hora de presentarnos?", sostiene Antonella. En Truppi se destacan las golosinas llamativas y de diseño propio. En sus cocinas preparan, con recetas y procesos que protegen bajo siete llaves, besitos de fresa, bananitas, huesitos pop, ositos, dientitos y hasta las gomitas "viajamos", que tienen forma de aviones, naves espaciales, barcos y autos de carrera. Según Antonella, "seguir sobreviviendo" es lo que los llena de orgullo, además de trabajar en familia. "Me hubiese encantado tener esa charla con mi abuelo y saber que lo llevó a comprar una fabrica a medio construir. Yo quisiera contarle también todo lo que hemos progresado y todo lo que tenemos por delante", se emociona la emprendedora. Muchos no saben que Santos Lugares guarda un rincón lleno de colores y sabores. Pero la visión de esta familia de inmigrantes italianos llevó a consolidar un marca registrada con su propia idiosincrasia. 27 DE MAYO DE 2019.(TiempoPyme) |
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