ECONOMIA La economía después de la pandemia Fecha Publicación: 22/05/2020 12:01 El efecto económico de la pandemia dejará a nuestro país en una situación muy comprometida con un déficit del presupuesto para 2020 que puede superar el 6% del PBI Por Daniel Joszpa * Existen signos en el mundo de que la pandemia estaría comenzando a remitir. En Asia y Europa numerosos países han comenzado un proceso de paulatina reanudación de las actividades. En nuestro país, si bien no estamos aún en ese estadio, la curva de los casos muestra una razonable evolución de la enfermedad y un muy esperado achatamiento. Se ha iniciado una flexibilización de la cuarentena en zonas con pocos casos de contagio como el caso de Córdoba donde de a poco comenzaron con la apertura de algunas tareas en empresas de ciertas industrias. Es razonable suponer que el gobierno ya está trabajando en el día después. Sin embargo, nada trasciende a la sociedad y estas carencias impiden que el sector privado pueda organizar sus esfuerzos para planificar de mejor manera la dura etapa de reapertura que se avecina. El efecto económico de la pandemia dejará a nuestro país en una situación muy comprometida con un déficit del presupuesto para 2020 que puede superar el 6% y que algunos llevan aún a guarismo superiores. La situación es sumamente compleja pues el país no cuenta actualmente con una fuente de financiamiento y tiene totalmente cerrado el acceso al crédito. Ello sumado a la inevitable caída de la recaudación fiscal, el incremento de los compromisos asumidos por el estado con motivo de la crisis sanitaria y el parate total de la actividad económica provocado por la pandemia, deja tanto al Estado como a los privados insuficiente capacidad financiera para atender en forma sus obligaciones. Cuanto tiempo una empresa puede seguir pagando sueldos de empleados que están en sus casas por la cuarentena o cuanto tiempo el Estado va poder subsidiar los sueldos de las empresas privadas? Estas medidas sin duda necesarias en lo inmediato, deben empalmarse con otras que tengan por fin reactivar las unidades productivas con el menor costo posible para las empresas y para el Estado. Emisión monetaria y default Un tema complejo es la insolvencia del Estado, es decir su incapacidad de atender sus compromisos y la necesidad, ante la falta de recursos, de recurrir a la emisión monetaria. Esta cuestión no es ajena al funcionamiento de la economía y obviamente al sector privado. La emisión monetaria sin respaldo provoca inflación y a su vez esta provoca distorsiones en el funcionamiento de las empresas que las torna totalmente ineficientes. Si bien es posible que en las actuales circunstancias cierta emisión monetaria controlada y absorbida por el sector privado para financiar la reanudación de la actividad no provoque inflación, en el mediano plazo, si la cuarentena subsiste para amplios sectores de la población, el esfuerzo monetario va a ser mayor para atender las necesidades de dichos sectores, siendo imposible predecir el deterioro que puede provocar esa mayor emisión sobre la economía. No se trata de un tema menor. El gobierno tendrá que dar máxima prioridad a esta cuestión. Si se produce una alta inflación por omitir la esterilización del exceso de emisión, las empresas enfrentaran un escenario mucho más complicado aún, sin un marco predecible y estable que les permita planificar sus operaciones En relación a la deuda pública, no se advierte que el default sea la opción más razonable para el país. Los comentarios irresponsables que aconsejan dejar de pagar la deuda, no tienen en cuenta el costo de quedar aún más aislados del mundocuando en el corto mediano plazo va a ser necesario recurrir a otro tipo de financiamiento que no sea la emisión monetaria. En default, nadie nos prestará nada. De lo que se ha divulgado y evaluado sobre el tema, fluye un claro consenso entre los economistas respecto a que las mejoras que podrían realizarse no alteraran significativamente el incremento de los fondos necesarios para atender los servicios de la deuda. El cuerpo, la mente y la creación de valor Los esfuerzos que tendrán que hacer los empresarios pymes para rencauzar sus negocios es la cara oculta de un gran problema. Para ello, es necesario referirse a la destrucción de valor del sector privado. No se cuenta aún con información respecto a la destrucción de valor que genera la parálisis total de la economía derivada de las medidas adoptadas por el gobierno, pero es muy probable que una cantidad relevante de empresas ya hayan perdido totalmente su capital para seguir operando y otras tendrán que trabajar muy duro para recomponerlo. En este sentido es importante observar que cuando se habla de las consecuencias económicas de la crisis imperante, se apunta más en las cuestiones que debe abordar el Estado post pandemia y muy poco en de lo que deben hacer las empresas, especialmente pymes, para salir de esta situación. Las dos cuestiones son fundamentales, pero respecto de los empresarios estimo que se llevaran la parte más compleja. Si bien la destrucción de valor de las empresas en esta emergencia se produce principalmente por causas externas a las mismas, los empresarios deberán poner la mente y cuerpo, en ese orden, para abordar la recuperación de sus unidades productivas. . A lo estratégico le sigue lo operativo, debiendo adecuar cada actividad a la nueva realidad que se presente en el mundo post pandemia, con distanciamiento social y propensión menor al consumo. Esto impondrá nuevos formatos donde el éxito en gran medida, dependerá de la rapidez en la reformulación del negocio. En el mercado gastronómico por ejemplo, los restaurantes tendrán que distanciar las mesas, eliminar los espacios comunitarios e introducir el take away y el delivery si aún no lo tienen. La industria indumentaria también tendrá que reestructurarse y hacer los cambios necesarios para adaptarse a esta nueva realidad. Se deberá desarrollar la venta online, muy escasa en nuestro país, lo que requiere la modificación en los volúmenes de producción, organizar las colecciones y la logística de manera diferente, todo lo cual incidirá en la mayor o menor rentabilidad del negocio. En mayor o menor escala todas las actividades deberán incorporarse a un probable cambio en su funcionamiento y en la práctica tendrán que analizar sobre la marcha las modificaciones a introducir para verificar su efectividad. El efecto sobre el personal ocupado deberá ser revisado teniendo en cuenta las restricciones actuales en materia de despidos. Como podemos ver los aspectos sobre los que se deberá poner foco son múltiples y muchos de ellos complejos, habrá mucho trabajo estratégico y también operativo. Cabe concluir entonces que frente a un escenario externo totalmente adverso, las empresas deberán poner mucha atención en el avance de las tareas antes descriptas para intentar relanzar sus negocios en un mercado con nuevos paradigmas y muchos desafíos. * Profesor Facultad de Ciencias Económicas (UBA) Twitter @djoszpa 22 DE MAYO DE 2020.(tIEMPOpYME) |
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