CURIOSIDADES San Martín: Un secreto bien guardado Fecha Publicación: 08/06/2020 10:27 Pocos dieron las verdaderas razones de su retiro Retirado del Perú, San Martín se instala brevemente en su chacra de Mendoza y se retira definitivamente al exilio. Mucho se ha dicho y escrito sobre los motivos y se habló de " voluntario ostracismo", de "renunciamiento generoso", de persecución rivadaviana, etc. , pero pocos dieron las verdaderas razones de su retiro. Mitre dice que San Martin "Abdicó conscientemente al mando supremo en medio de la plenitud de su gloria, si no de su poder, sin debilidad, sin cansancio y sin enojo, cuando comprendió que su gloria había terminado y que otros podían continuarla con más provecho para la América. Se condenó deliberadamente al ostracismo y al silencio, no por egoísmo ni cobardía sino en homenaje a sus principios morales y en holocausto de su causa... Fiel a la máxima que regló su vida: "fue lo que debía ser" y antes ser lo que no debía ser, prefirió "no ser nada" -por eso vivirá en la eternidad". (B.Mitre. "Historia de San Martín", ed. 1888,p.800. Cit. por Stefen Soler.o.cit.p.28) Que palabrerío sin sentido el de Mitre. ¿En que basa su dicho de que "comprendió que su obra habia terminado"... y que "otros podrían continuarla con mayor provecho"?... ¿quienes podrían? ¿acaso el mismo Mitre? ¿Se "condenó" o lo condenaron al ostracismo? ... "prefirió no ser nada"... ¡Pero qué falta de respeto! Mitre ocultó deliberadamente los verdaderos motivos del retiro de San Martin. ¿Cómo Mitre, que todo lo estudiaba y sabia, ignoraba lo sucedido en la campaña libertadora y particularmente en Punchauca y Guayaquil? ¿Cómo Mitre, masón grado 33, ignoraba el boicot hecho por la masonería? No podía ignorarlo Mitre porque tenía incluso los papeles de San Martin con las verdaderas causas de su retiro, y que el propio San Martin dispuso se los entregaran a Tomás Guido después de su muerte, pero que Balcarce no tuvo mejor idea que remitírselos a Mitre. Mitre no podía ignorarlo...lo ocultó deliberadamente. El 30 de agosto de 1826, Guido desde Buenos Aires el escribe a San Martin, radicado en Europa: "Mi crimen único había sido una franca declaración al general Bolivar que yo jamás me abanderaría entre los enemigos de usted porque la decencia y la gratitud me lo prohíben y porque mis opiniones políticas que alguna vez habían distado mucho de las de usted eran independientes de mi amistad; si amigo, distaba mucho porque jamás perdonaré a usted la retirada de usted del Perú y la historia se verá en trabajos para cohonestar este paso; piense usted lo que quiera sobre esto; tal es y será siempre mi opinión" ("Documentos del archivo de San Martin". Comisión Nacional del Centernario, 1910, pag.499, cit. por Steffen Soler, o.cit.p.33) Era un duro reprocha de Guido a su íntimo amigo. En un artículo de la "Revista Buenos Aires", dice Guido que "confunde el espíritu ante la determinación de aquel varón esclarecido, sin poder marcar el límite de un desinterés magnánimo y el abandono de la empresa que descansaba sobre sus fuertes hombros". No podía resignase Guido ante el retiro de San Martin, a un paso de lograr la unión y la organización americana, dejándola en cambio a las puertas de la anarquía y acechada por las potencias europeas de Inglaterra, Francia y Portugal. En carta posterior del 22 de setiembre insiste sobre el asunto, señalándole a San Martín los desastres que han ocurrido en la América española después de su renunciamiento: "No se ven sino combustibles acumulados para grandes incendios". (Idem.p.508) El 18 de diciembre de 1826 San Martin le contesta a Guido desde Bruselas la carta que éste le enviara el 30 de agosto de mismo año: "...Los estrechos límites de una carta no me permiten contestar con la extensión que el caso requiere el párrafo de la de usted, él dice: "Mi crimen único había sido una franca declaración al general Bolivar que yo jamás me abanderaría entre los enemigos de usted porque la decencia y la gratitud me lo prohíben y porque mis opiniones políticas que alguna vez habían distado mucho de las de usted eran independientes de mi amistad; si amigo, distaba mucho porque jamás perdonaré a usted la retirada de usted del Perú y la historia se verá en trabajos para cohonestar este paso" Cuando deje de existir, usted encontrará entre mis papeles, (pues en mi última disposición hay una cláusula expresa le sean entregados), documentos originales y sumamente interesantes. Ellos, y los apuntes que usted hallará ordenados, manifiestan mi conducta pública y las razones de mi retirada del Perú. Usted me dirá que la opinión pública y la suya están interesada en que estos documentos vean la luz en mis días. Varias razones me acompañan para no seguir este parecer, pero sólo citaré una que para mí es concluyente, a saber: la de que lo general de los hombres juzgan de lo pasado según la verdadera justicia y de lo presente según sus intereses; por lo respectivo a la opinión pública ¿ignora usted por ventura que de los tres tercios de lo que se compone el mundo, dos y medio son necios y el resto de pícaros con muy poca excepción de hombres de bien? Sentado este axioma, de externa verdad, usted conoce que yo no me apresuré a satisfacer a semejante clase de gentes, pues yo estoy seguro que los honrados me harán la justicia a que yo me creo mu acreedor. En cuanto a que la historia se verá en trabajos para cohonestar mi separación del Perú, yo dirá a usted con Lebrun: En vain por vos travaux vous courez a la gloire. Vous mourrez c´en est fait, tous sentimment éteint. Vous n´étes ni cheri, ni respecté, ni paint. La mort ensevelit jusq´a votre memoire. (En vano por tus obras corres por la gloria. Morirás, se acabó, todos están realmente apagados. No eres querido, respetado ni pintado. La muerte entierra tu memoria). "Sin embargo de estos principios y del desprecio que yo pueda tener por la historia -continúa San Martin en su carta- porque conozco que las pasiones del espíritu de partido, la baja adulación y el sórdido interés, son en general los agentes que mueven los escritores, yo no puedo prescindir de que tengo una hija y amigos (aunque bien pocos) a quienes debo satisfacer; por estos objetos y por lo que se llama gloria es que he trabajado dos años en hacer extractos y arreglar documentos, para que acrediten no mi justificación, pero si los hechos y motivos sobre que se ha fundado mi conducta en el tiempo que he tenido la desgracia de ser hombre público; si, amigo, la desgracia, porque estoy convencido de que serás lo que hay que ser, si no eres nada. En fin, si usted, como dice, no perdonará jamás mi separación del Perú, espere el paquete entrante para rectificar tan terrible sentencia, pues por el presente me es imposible entrar en los detalles necesarios sobre éste interesante asunto, pues el correo marcha esta tarde para Inglaterra y debo aprovecharlo para que llegue a tiempo de alcanzar el paquete que sale para Buenos Aires esta mes. En vista de mi exposición puede ser varíe de opinión, porque estoy seguro habrá cosas que ha ignorado y que le admirarán, a pesar de lo mucho que ha visto en la revolución. Usted conocerá que teniendo que fiar esta interesante exposición a las contingencias del correo, tendré que usar ciertas precauciones; no obstante yo diré a usted lo suficiente para formar una idea". ("Documentos el Archivo de San Martín" obra citada pag. 504). Más allá de las disculpas a su amigo. San Martin da una serie de argumentos que no alcanzan a formar una excusa valedera para negarse a revelar a Guido el misterio de su retirada del Perú, que por el momento no estaba dispuesto de develar. En carta de 6 de enero, San Martin le dice a Guido: "... me persuado no aguardará por este paquete lo que le ofrecí en mi anterior, pero esto no quita que mi palabra está comprometida y sea exactamente cumplida", (Idem. p.517). San Martín le escribe a Guido el 13 de febrero de 1827 del siguiente modo: "Dos veces he arremetido a hacer la exposición que le tengo prometida de los motivos que impulsaron mi separación del Perú, y después de indecibles trabajos para ponerlo al alcance de todos los antecedentes, pero de un modo que no pudiera peligrar el secreto en el caso de ser interceptada la carta, he tenido que renunciar a una empresa superior a mis fuerzas, pues por más que he querido embozar los hechos, me ha sido imposible hacerlo sin manifestar lo que deseo se ignore en el día; en fin, pensando con la madurez que se requiere, he resuelto esperar hasta tanto se presente una persona de confianza a quien encargar tan sagrado depósito" ("Por la gloria de general San Martín" Jacinto R. Yaben, 1950, p. 445). Guido, insistió pero no consiguió que le develara el misterio pese a la palabra comprometida en carta del 6 de enero. En correspondencia del 21 de junio de 1827 San Martin le dice a Guido: "No me ha tomado de sorpresa el movimiento de Lima, tampoco la conducta que el general Bolivar ha tenido en el Perú. Tenga usted presente la opinión que le dije a mi regreso de Guayaquil, había formado de este general; desgraciadamente para la América no he tenido que rectificarla. Yo he ofrecido a usted escribirle en la primera oportunidad segura, cosas que le asombrarán, a pesar de lo mucho que la revolución le ha hecho conocer. Estoy convencido que la pasión del mando es en lo general, lo que con más imperio dominan al hombre. Y hay muy pocos capaces de dominarlo. En fin, no me queda la menor duda de las sanas intenciones de este general en atacar mi opinión, pero yo, sería un mal caballero si abusase de la situación en que se halla, y que estoy seguro empeorará, aún por su carácter, para publicar secretos que solo usted sabrá, y que solo verán la luz después que deje de existir" (Idem. p.528). Tampoco entrega San Martin a Guido esos papeles cuando se encontraron en 1829 a bordo del Chichester, que trajo a San Martin al Rio de la Plata, y probablemente ni trajera tales papeles. Los papeles perdidos Lamentablemente Tomás Guido no recibió esos papeles secretos ni aún después del deceso de San Martin, como se le prometiera, porque el yerno de San Martín, Balcarce, no tuvo mejor idea que mandárselos a Mitre, tal como lo dice a medias palabras en carta que le dirige a Mitre el 8 de agosto de 1882: "En cuanto a la carta dirigida al general don Tomás Guido dese Bruselas con fecha 18 de diciembre 1827 que se ha publicado por sus hijos, debe referirse a algunos de los papeles que he enviado a usted y quizás también el borrador de la carta al general Bolivar, pues a pesar de mis ruegos a padre para que me escribiese o dictase algunos apuntes de su vida pública nunca pude conseguirlo". ("Por la gloria del general San Martín", Jacinto R. Yaben, 1950, pag. 474, y en "San Martín", revista del Instituto Nacional Sanmartiniano. 4to trimestre año 1948. Citado por Seffen Soler. o.cit.p.40). Por lo visto Balcarce tenía en mente una laguna más grande que la de Chacomús para no recordar que papeles había entregado a Mitre, donde seguramente se incluían documentos secretos de semejante importancia. Mitre, que transcribía los papeles que le convenía, ocultaba los que no, e inventaba el resto, tampoco sacó a luz los documentos recibidos. ¿Cuál era el misterioso juramento secreto tan bien guardado por San Martin hasta después de su muerte? No obstante que no se dieron a luz los documentos enviados por Balcarce a Mitre, la verdadera causa del retiro de San Martín, es más que evidentes. El Desafio 8 DE JUNIO DE 2020.(tIEMPOpYME) |
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