EDUCACION Impulsar los nuevos acuerdos de cooperación y solidaridad internacionales y regionales Fecha Publicación: 26/06/2020 12:36 Con Jorge Rachid - Rafael Kohanoff engo claro que los graves problemas, la angustia, incertidumbre y tragedias que genera el corona-virus exigen responsabilidades con acciones de asistencia inmediata y urgente; que nuestro gobierno la está afrontando intensamente, con buena parte de la sociedad comprendiendo y apoyándolo a pesar de la actitud de sectores minoritarios que no quieren comprender o prefieren ignorar la profundidad de la crisis y el drama de las personas de bajos recursos, o que ponen intereses personales y sectoriales por encima del bien común. Si bien resulta imposible despegarse de la coyuntura me atrevo a plantear la necesidad de iniciar la búsqueda de soluciones a los problemas críticos globales que impidieron y continúan impidiendo una salida virtuosa de cooperación y solidaridad. Sin duda cada país busca su camino hacia el futuro, pero es claro que no hay salida para un país sin un acompañamiento mundial. Son las situaciones críticas especialmente las que generan miedo, las que nos hacen pensar, repensar, reflexionar sobre nosotros, nuestras vidas y sobre nuestra manera actuar. Es de esperar que influyan positivamente en los líderes mundiales. No sabemos exactamente qué pasará, pero existe la posibilidad de que quienes conduzcan los destinos de algunos países lo hagan con las emociones destructivas vinculadas al egoísmo, la competencia, la codicia, pero también habrá otros que se definan por la cooperación, la solidaridad y el bienestar común. Estos últimos ¿Podrán ser los constructores del mundo de cooperación y solidaridad que anhelamos? ¿O continuaremos el camino de la destrucción? Los dos caminos están abiertos y son posibles ¿Será posible salvar la humanidad y construir un mundo solidario, responsable y plural? ¿Un mundo para todos sin discriminaciones ni exclusiones? Vivimos en permanente competencia generando ganadores y perdedores, victoriosos y derrotados. Aspiramos por un pasaje a un mundo solidario, cooperativo y no competitivo. ¿Qué es lo que impide esta transformación? Son las decisiones políticas de los líderes de los Estados los que fijan el destino de cada país, y el conjunto de ellos lo hace para todo el mundo. Son éstos líderes quienes han mostrado falta de voluntad para la transformación que buscamos. ¿Qué hicieron hasta ahora los líderes de las naciones del mundo? Crearon ya en 1865 la Unión Internacional de telecomunicaciones y continuaron creando instituciones y agencias como la Liga de las Naciones y las Naciones Unidas, y establecieron acuerdos que, cuando tenían buenas intenciones, no se cumplían. Las agencias y organismos creados tuvieron algunos resultados beneficiosos en las áreas técnicas, pero no sucedió lo mismo en los aspectos económicos, sociales y políticos. Sin duda, ha faltado la voluntad política para lograr acuerdos auténticamente solidarios y de cooperación global. No sabemos si lograremos salvar y reestructurar el mundo; y de hacerlo, no hay noción de cuánto tiempo tardaría, pero sí tenemos la certeza que estamos a tiempo y que es imperativo no perder tiempo. En este documento nos referimos a un primer desafío que consiste en que todos los países puedan generar condiciones mínimas que aseguren que sus poblaciones dispongan de alimentación adecuada, atención de la salud, educación y trabajo. Así se eliminaría la desgracia del hambre, la pobreza, las migraciones y las necesidades de divisas para la subsistencia, lo que desencadenaría un camino hacia la paz entre países y dentro de los mismos. Para lograr lo señalado es necesario el aporte de la ciencia ,la tecnología y el desarrollo puesto definitivamente al servicio de lograr los objetivos señalados. Sin duda tendremos dificultad en lograr acciones globales en todos los campos y en todas las naciones. Podría iniciarse por lo visiblemente imprescindible y que solo depende de voluntades, ya que en buena medida los conocimientos científicos y tecnológicos existen y/o pueden desarrollarse. Un primer paso consiste en acordar que los conocimientos científicos y tecnológicos en el área de la salud y la alimentación no pueden estar limitados por patentes de ninguna naturaleza. Las Naciones Unidas deberían crear agencias que logren negociar con las empresas tenedoras de las tecnologías y con el sistema financiero internacional para poner a disposición, con sentido social y solidario, los conocimientos y los medios necesarios para que puedan ser utilizados por todos los países. Si estos acuerdos no son posibles, los estados deben asumir el manejo financiero y disponer de acuerdos de todos los organismos científicos y tecnológicos de los países que se comprometan para lograr su independencia en materia de medicamentos, vacunas, equipo médico. Poner en marcha procedimientos y tecnologías para la autosuficiencia alimentaria en las condiciones de cada país y detener drásticamente el calentamiento global. ¿Quiénes serán los líderes de países confiables y con vocación de iniciar los cambios en el comportamiento de las naciones unidas? ¿No será hora de que asuman el liderazgo, gobernantes creíbles y con vocación manifiesta? ¿No podrá estar nuestro Presidente entre los primeros países en invitar a los otros a proponer acuerdos en las temáticas mencionadas para lograr la adhesión de todos los demás? No sabemos qué podrá pasar, pero sí sabemos que es necesario intentarlo porque la continuación del comportamiento actual nos lleva a la destrucción de la humanidad y estamos convencidos de que el éxito del intento permitirá construir las bases de un mundo feliz para todos. 26 DE JUNIO DE 2020.(TIEMPOPYME) |
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