CURIOSIDADES

NOTA DE NESTOR GIURIA PARA TIEMPO PYME
Un tango, una historia

Fecha Publicación: 27/01/2022  12:21 


Cada letra, cada melodía que componen un tango, tienen su historia

Surgen , nacen no sólo de la inspiración de un artista, sino de pasajes y momentos de la vida cotidiana. Es el caso del tango : Buen Amigo, compuesto por el gran músico Julio de Caro. La historio aquí está...

Julio de Caro, violinista y compositor argentino, era en la década del 40 del siglo veinte, la estrella máxima del Cabaret Chantecler. El Chantecler estaba ubicado en la calle Paraná entre Corrientes y Lavalle, en la ciudad de Buenos Aires, pared de por medio con el legendario teatro Comedia. Fue inaugurado en 1924. Tuvo un largo apogeo, presentando orquestas notables y artistas de fama y éxito del momento. Además de Don Julio De Caro, recordamos a Carlos Marcucci, Joaquín Do Reyes y en especial a quien fuera una de sus rutilantes estrellas :Juan D Arienzo y su orquesta típica.

Presentaba también, un exitoso y simpático animador: Angel Sánchez Carreño, conocido en el ambiente como " El Principe Cubano" y que quedó en la historia, como quien bautizó a D ' Arienzo " El Rey del Compás". El cabaret fue demolido en 1960.

Pero volvamos a la noche, una de tantas. Julio De Caro tocaba con su orquesta con presencia de gran cantidad de público, que admiraba sus actuaciones. Entre ese público, se encontraba un grupo de médicos, entre los cuales estaba el eminente cirujano Ricardo Finochietto. Todos llegaban luego de largas jornadas hospitalarias, en busca - siempre decían - del bálsamo que significaba el tango para el cansancio físico y mental acumulados. El maestro Julio De Caro estaba dando el último toque a sus preparativos musicales, cuando de pronto llegó un gran amigo personal. Se encontraba al borde de la desesperación y buscó en De Caro la descarga emocional a ese difícil momento.

" Que te pasa Mario, tranquilizate, contame" Dijo el músico intentando imponer serenidad.

" Estoy destrozado Julio, mi esposa está muy mal, se está muriendo. Los médicos hacen lo que pueden. No dan mucha chance y encima no tengo un peso para que la vea un especialista. Estoy desesperado Julio, mi mujer se muere".
Julio De Caro convenció a su querido amigo que se sentara, tratara de calmarse y esperara hasta después de la función. Algo se le iba a ocurrir. Logrado este primario objetivo, De Caro comenzó a tocar con su orquesta, pero lejos estaba su mente de las notas y las melodías... estaba en otro lado.

De pronto, el músico dirigió la mirada a un palco y divisó al doctor Ricardo Finochietto, quien como todas las noches, junto a sus colegas, disfrutaba del espectáculo musical. Inmediatamente pidió un descanso. dejo su violín y se encaminó con resolución al palco.

" Doctor Finocchietto, perdoneme. Sé que quizás no sea el mejor momento, pero necesito hablar con usted a solas ". Caminaron por uno de los pasillos solitarios del interior del cabaret y el músico le trasladó su problema, su angustia y su ruego al notable profesor de medicina. Cuentan que los dos salieron apurados a la calle, a tal punto que ninguno retiró ni el abrigo ni el sombrero que había llevado.

Pasaron los días, algunas semanas, hasta que una noche cuando el maestro De Caro se preparaba para actuar, entró su amigo Mario al camarín sonriente y con ojos iluminados.

" Julio, Julio... un milagro. Mi mujer safó, se salvó. Se está recuperando. El doctor Finochietto la operó. Es un genio...ma que genio, es Dios vestido de cirujano. Y no me cobró nada, solamente me dijo que estaba todo bien. Que no me preocupara. Que acompañara a Laura. Te das cuenta ? Este tipo es un ángel..."

Don Julio De Caro se emocionó. Abrazó a su amigo y se fue directamente al palco donde como siempre, estaba el doctor Finochietto con sus colegas, aguardando disfrutar de la música. Cuando De Caro se paró frente a Finochietto se le hizo un nudo en la garganta y por más que buscó, no encontró que decirle...sólo de sus labios salieron unas lentas palabras: " Gracias Doctor. No sé como agradecerle y mucho menos como pagarle"...

El doctor Ricardo Finochietto no dijo nada y cuando le apretaba la mano al músico, uno de los médicos presentes dijo: " Maestro, dedíquele un tango al profesor..."

Cuando Julio De Caro llegó esa noche a su casa, no pudo dormir. Se sentó en la mesa de la cocina y ya de madrugada, se puso a escribir sobre el pentagrama. Nota por nota... figura con figura..tono con tono.

A la noche siguiente con el cabaret repleto, estrenó la obra que había compuesto. Dicen que algunos de los presentes muy cercanos a la orquesta, vieron como a De Caro le cayeron lágrimas sobre su violín. Tocaron como nunca. Una magia invisible los envolvió. Al finalizar el tema, la ovación fue larga y sostenida, tanto que tuvo que repetirlo. Cuando los aplausos se acallaron y bajó del escenario,el doctor Ricardo Finochietto le dijo: " Bravo, bravo" y lo abrazó. Al separarse el médico preguntó: " Maestro, que tango hermoso. me emocionó. Como se llama ??

Don Julio De Caro buscó fuerzas al costado de la emoción, se separó un poco y le contestó: " Hasta este momento no tenía título, doctor. Pero acabo de decidirlo. Se va a llamar Buen Amigo y se lo dedico a usted, por el generoso gesto que tuvo con mi amigo Mario"

 27 de enero de 2022.(tiempopyme)

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