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ACTUALIDAD La llegada del 2009 Fecha Publicación: 01/01/2009 12:07 El mal clima no acompañó a los vecinos, pero las esperanzas que se hacen evidentes con la llegada del nuevo año envolvieron el mal tiempo Con las doce campanadas llegaron los brindis, los buenos deseos y los renovados proyectos. Los jóvenes contaron los minutos para salir a bailar o a los bares de la zona. Después de la fiesta en familia, se hicieron su tiempo y su celebración se echó a rodar. Los preparativos vaticinaban la importancia de la celebración para los vecinos, que año tras años le hacen frente a la adversidad y sonríen para recibir con los brazos abiertos el año que entra. Y esta imagen se repitió ayer, cuando todos contaron los segundos para recibir al tan anhelado 2009. Las lluvias de la tarde provocaron que muchos cambiaran los planes, cenar afuera o adentro era la pregunta que más se escuchó por las casas y la calle, entre charlas de vecinos. El clima no se portó bien, pero de todas maneras, el festejo no se aguó. Mesas preparadas con comidas tradicionales, botellas de sidra y champagne a la espera del momento de descorchar fueron algunos condimentos de la escena familiar. “Feliz Año Nuevo”, ya se decía la gente cuando se despidió de sus amistades -o aquellos con menos suerte, de los compañeros de trabajo-. Y, todo estaba preparado para el festejo, que llegó nomás. Después de una exquisita cena, entre chistes, sonrisas y alguna que otra copita de más, las 12 campanadas del reloj anunciaban la llegada del 2009. Los fuegos artificiales también acompañaron. El cielo bonaerense se iluminó de repente para que las copas llenas se alzaran y chocaran unas con otras envueltas en buenos deseos y sueños renovados. Un saludo, alguna que otra cábala para comenzar el año con el pie derecho y todos afuera. Salir a la vereda a ver el cielo iluminado, lleno de colores brillantes explotando por todos lados. Otros, se animaron a la pirotecnia y fueron partícipes de ese decorado que se formó minutos después de las doce en las alturas. Los más chicos con las estrellitas, los adolescentes contando los minutos para poder juntarse con sus amigos, y los más grandes, disfrutando de un año que promete traer alegrías, esperanzas y muchas utopías. Los fuegos artificiales se fueron apagando, pero la noche se encendió, pese al mal clima. 1 de enero del 2009.(tiempo pyme)
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